La partida, sin duda, temprana de Jaime Chincha, periodista de La República, nos convoca al duelo natural por un hombre de prensa que destacó por su calidad humana.

No obstante, es menester reflexionar sobre el sentido profundo de ejercer este oficio en tiempos aciagos para la libertad de prensa.

Desde sus inicios, Chincha demostró que el periodismo es, antes que galardón profesional, servicio. Su voz, reconocida por su claridad y firmeza, se convirtió muy pronto en referente nacional en la radio, la televisión y la prensa escrita. En su oficio periodístico supo preguntar cuando otros callaban, insistir cuando otros desistían y sostener la incómoda obstinación de quien entiende que el poder —sea cual sea su forma— necesita contrapesos.

Su paso por La República fue, para este diario, un

See Full Page