Impasible, con los ojos cerrados y sin mostrar emoción alguna. Así ha escuchado Erin Patterson la sentencia del juez. Cadena perpetua por el asesinato de sus dos ex suegros y una tía política a los que envenenó con un solomillo Wellington acompañado de setas tóxicas en 2023. Su ex marido, con el que tiene dos hijos, se salvó de milagro: rechazó la invitación a cenar en el último momento, para evitar tensiones ya que llevaban poco tiempo divorciados.
El tribunal de Melbourne ha condenado a Patterson, de 50 años, a cadena perpetua por cada uno de los tres asesinatos y a 25 años de prisión por el intento de homicidio de Wilkinson. Las cuatro sentencias se cumplirán de forma simultánea y solo podrá acceder a la libertad condicional en 2056, cuando tenga 83 años. El juez no ha descartado que