ya no tiene nada que ver con dietas restrictivas ni con horas eternas de cardio. La clave está en algo mucho más simple y transformador: el músculo. Y para mantenerlo vivo y fuerte, la proteína es el gran aliado que tu cuerpo pide a gritos. No se trata solo de estética, sino de energía, vitalidad y salud a largo plazo.
Porque sí, a partir de esta edad el organismo empieza a hablar en otro idioma: los estrógenos descienden, la masa muscular se reduce y se convierte en una compañera incómoda. Pero la buena noticia es que no está todo perdido: el músculo se puede recuperar y la ciencia ya ha demostrado que la proteína, junto con el entrenamiento de fuerza, es la palanca secreta para frenar el envejecimiento desde dentro.
La palanca proteica: el interruptor de la juventud activa
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