José Del Rio

Para el kirchnerismo, se jugaba la resistencia. Para el mileísmo, derrocar al último bastión peronista. El eslogan de campaña fue tan fuerte como peligroso a juzgar por los resultados: “Kirchnerismo nunca más”, se expusieron los violetas con una bandera visitante en La Matanza.

La nacionalización de la campaña con la presencia del Presidente y su equipo más cercano convirtió lo que era efectivamente un “fenómeno barrial” en un factor de alta incertidumbre para inversores internacionales y locales, y en una pesadilla para el equipo económico, que deberá lidiar desde hoy con más presiones sobre el dólar, las tasas y la actividad, además de un Congreso envalentonado por lo que sucedió en las urnas y preguntas de acreedores internacionales a los que se iba intentar seducir en bu

See Full Page