En los montes de León, Zamora o Galicia, donde hace apenas unas semanas el fuego redujo a cenizas miles de hectáreas de bosque, el paisaje empieza a mostrar tímidos signos de resistencia. Entre troncos ennegrecidos y suelos agrietados por las llamas, emergen pequeñas flores de tonos lilas que, contra todo pronóstico, desafían la devastación. Son las 'quitameriendas' (Colchicum montanum), una especie endémica de la península ibérica que simboliza la capacidad de la naturaleza para renacer tras la tragedia.

Lo que permite a esta planta sobrevivir a incendios extremos es su bulbo subterráneo , similar a una cebolla, que se mantiene protegido bajo tierra mientras el fuego arrasa la superficie. Incluso el calor y la ceniza actúan como estimulantes de su floración, haciendo aparecer sus

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