Con las vacaciones de verano aquí, lo de coger carretera y manda -pero sin la manta- ya es un hecho. Desempolvamos las maletas y ponemos rumbo a nuestro destino, aunque siempre tenemos que buscar un buen sitio para hacer un alto en el camino.

Y ya sabemos que en ningún viaje en carretera puede faltar, ni un copiloto con buena conversación, ni la mejor música para disfrutar del camino y un restaurante de carretera donde hacer una parada para comer rico y reponer fuerzas.

¿Y quién dijo que los restaurantes de carretera son restaurantes de batalla? Cada vez encontramos más locales donde hacer un parón de confianza en mitad del viaje, donde nos ofrecen platos exquisitos elaborados con una materia prima de primerísima calidad.

Al oeste de Zaragoza, en un pequeño pueblo llamado Bulbuente dond

See Full Page