La denominada Dark Economy extiende sus tentáculos en Latinoamérica con fraudes digitales, lavado de dinero y estafas cada vez más sofisticadas, impulsadas por inteligencia artificial, redes sociales y vacíos

regulatorios que abren la puerta a redes criminales transnacionales a través de la banca tradicional y las fintechs.

El crimen financiero movió unos 3,1 billones de dólares globalmente en fondos ilícitos a través del sistema financiero mundial en 2023, en tanto que las pérdidas por estafas y fraudes ascienden a unos US$485.600 millones, de acuerdo con cifras citadas en un informe de la firma israelí de protección contra el fraude BioCatch.

La Dark Economy se entiende como un tipo de crimen financiero, cada vez más sofisticado, que abarca transacciones para tráfico de personas, ar

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