Cuando la sociedad privilegia “tener razón” sobre “buscar la verdad”, el debate público se degrada, en vez de hablar de los temas que realmente importan, la educación, la salud, la violencia, la desigualdad, terminamos atrapados en peleas teatrales, discusiones banales o escándalos superficiales, los políticos lo saben y lo aprovechan, un pleito en el pleno del Congreso genera más titulares que una propuesta seria de política pública.

Hace unos días publiqué una columna que generó críticas desde ambos bandos políticos. Unos dijeron que me inclinaba demasiado a la derecha, otros, que me rendía sin matices a la izquierda.

Escuchar esas voces me dejó pensando en algo que va más allá de la coyuntura: ¿qué buscamos cuando debatimos, cuando opinamos, cuando escribimos? ¿Queremos tener razón o

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