
Normalmente, asociamos los dientes amarillos con una mala higiene pero, tal y como afirma la ortodoncista Almudena Herraiz, no siempre es así. La salud bucodental va mucho más allá de lucir una sonrisa perfecta ; influye directamente en nuestro bienestar. Un estudio publicado en el Journal of Clinical Periodontology , revela que «la periodontitis se asocia significativamente con un mayor riesgo de complicaciones por COVID-19, incluida la admisión en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) o la necesidad de ventilación asistida, e incluso la consecuencia más letal llegando al fallecimiento», según recoge la Sociedad Española de Periodoncia y Osteointegración.
«Los dientes amarillos no solo son por falta de higiene», señala Herraiz en uno de sus vídeos en TikTok. Para entenderlo, es importante conocer la estructura del diente: en su interior se encuentra la dentina , un tejido de color natural que es único en cada persona. La dentina determina el tono general del diente, mientras que el esmalte, la capa externa y visible, es translúcido y refleja la tonalidad interna . Teniendo esto en cuenta, una persona con una buena higiene puede tener los dientes más amarillos que otra con hábitos menos cuidadosos, simplemente por diferencias naturales en la dentina.
¿Por qué se ponen los dientes amarillos?
@almuherraizortodoncia ¿Tienes los dientes amarillos y no sabes por qué? 🟡 No siempre es por mala higiene. De hecho, el color de tus dientes depende más de dentro que de fuera. Lo que realmente da el color es la dentina, una capa interna del diente que es amarilla. Como el esmalte (la capa externa) es translúcido, el tono de la dentina se nota desde fuera. Cuanto más amarilla es, más amarillos se verán tus dientes, aunque te cepilles perfectamente. ♬ original sound – almuherraizortodoncia
Herraiz enfatiza que la genética juega un papel clave en el color de los dientes; el grosor del esmalte y la tonalidad de la dentina son rasgos individuales que no siempre se pueden cambiar con la higiene. Asimismo, hay una serie de factores externos que influyen en este fenómeno, siendo los más destacados:
- Alimentos y bebidas con pigmentos fuertes : café, té, vino tinto, salsas como la de soja o algunos frutos rojos.
- Especias y condimentos : la cúrcuma o el curry pueden depositar pigmentos que alteran la apariencia dental.
- Tabaco : fumar o masticar tabaco deja manchas profundas que afectan incluso al esmalte.
- Edad : con el paso de los años, el esmalte tiende a desgastarse, dejando más visible la dentina amarilla subyacente.
- Medicamentos y tratamientos médicos : ciertos antibióticos, como la tetraciclina, o tratamientos de quimioterapia pueden modificar la coloración natural del diente.
«Obviamente, influye la higiene, los pigmentos alimentarios que comemos, por ejemplo, el tabaco o la cúrcuma. Pero mucha gente que tiene muy buena higiene, tiene un color de diente mucho más amarillo que otro, porque su capa interna del diente es mucho más amarilla», explica.
La importancia de la higiene bucodental
Uno de los principales problemas derivados de la falta de cuidado dental es la acumulación de sarro, que se forma cuando la placa bacteriana se endurece y se adhiere a la superficie de los dientes, especialmente cerca de la línea de las encías. El sarro facilita la proliferación de bacterias y contribuye a la inflamación de los tejido. Para prevenir estos problemas, Herraiz recomienda la siguiente rutina de higiene :
- El primer paso es el cepillado al menos dos veces al día utilizando una pasta dental con flúor. La forma correcta de cepillarse consiste en movimientos suaves y circulares, cubriendo todas las superficies de los dientes.
- Otro elemento esencial es el hilo dental, que permite eliminar restos de alimentos y placa acumulada entre los dientes, donde el cepillo no alcanza.
- Los enjuagues bucales ayudan a reducir la placa bacteriana y fortalecer el esmalte, dependiendo de su composición. Algunos enjuagues incluyen flúor o agentes antibacterianos que potencian la limpieza diaria y complementan el cepillado y el uso del hilo dental.
En los últimos años, el irrigador dental se ha convertido en un complemento imprescindible para la higiene bucodental. Este dispositivo utiliza un chorro de agua a presión para eliminar restos de alimentos, placa bacteriana y residuos que se acumulan entre los dientes y debajo de la línea de las encías. Una de sus principales ventajas es que reduce la inflamación de las encías y ayuda a prevenir la gingivitis.
El uso del irrigador es sencillo: se ajusta la presión del agua según la sensibilidad de la boca, se dirige el chorro entre los dientes y a lo largo de la encía, y se completa el proceso durante uno o dos minutos. Los expertos recomiendan combinar su uso con el cepillado y el hilo dental.
En definitiva, los dientes amarillos no siempre se deben a una mala higiene. Su tonalidad depende de múltiples factores: genética, dentina, esmalte, edad, alimentación y estilo de vida. La recomendación de Almudena Herraiz es clara: enfocarse en prácticas preventivas y saludables.