¿Cómo fueron los inicios en tu profesión?

Mi historia con el tenis comenzó en mi Mendoza natal, de la mano de mi papá Alberto, mi primer impulsor. Desde los 9 años supe que la cancha era mi lugar en el mundo. Muy pronto llegaron los logros: fui N°1 de Cuyo en todas las categorías juniors y N°1 de Argentina en Sub 18, un hito que me abrió las puertas al circuito profesional. Competí como jugadora profesional; los desafíos me formaron en disciplina, resiliencia y trabajo en equipo. Con el tiempo, esa pasión se volvió propósito: enseñar, inspirar y crear espacios para que más personas —especialmente mujeres y adultos mayores— vivan el tenis como herramienta de salud integral.

¿Qué actividades llevás adelante?

Hoy trabajo en tres ejes:

• Profesora de tenis: brinco clases grupales e individ

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