Escondido y polvoriento en algún escritorio del Servicio de Salud del Maule yace un convenio archivado en la carpeta de la omertá burocrática: el convenio Becas Maule II. Documento que justificó una inversión estatal superior a los 7 mil millones de pesos aportados por el Gobierno Regional del Maule y el propio Servicio de Salud para dar formación de médicos especialistas en la región.

¿Quién forma a los especialistas?

A simple vista, la respuesta parece obvia: universidades. Pero no cualquier universidad. El convenio establece que la formación sólo puede realizarse en instituciones acreditadas, registradas por la CNA como “entidades certificadoras”. En otras palabras, la ley obliga a que los programas están respaldados por una universidad con acreditación vigente en todas sus especialid

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