Un tronco atavesado en la carretera esperaba el paso de lo ciclistas cuando la ruta marcaba unos 30 kilómetros para la meta. Por suerte, los corredores aún estaban lejos y la organización y la Guardia Civil habían previsto que hubiera alguna protesta de este tipo. Se habían equipado con motosierras para emergencias como esa y tuviero que ponerlas a funcionar. En la base del árbol se veía el corte limpio que indicaba que no se trataba de un accidente de la naturaleza. Un sabotaje, uno más, al paso de la Vuelta a España que pone en riesgo a los ciclistas y a todas las personas que van en carrera.

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