Para miles de hogares, es una rutina casi automática antes de dormir: cerrar la puerta con la llave a la noche y dejarla puesta por dentro en la cerradura. Muchos creen que esta costumbre, arraigada en la búsqueda de seguridad, es una barrera infalible contra intrusos. Sin embargo, expertos en seguridad y cerrajería advierten que esta práctica, lejos de protegernos, es una falsa sensación de seguridad que puede resultar contraproducente y sumamente peligrosa.
Lo que muchos no saben es que, en la mayoría de las cerraduras, dejar la llave puesta por dentro no bloquea el mecanismo ni impide su manipulación. De hecho, Samuel Prieto, del Instituto Superior de Seguridad Pública (Netpol), explicó que, en algunos casos, esta acción puede hacer que la cerradura sea más fácil de abrir.
Por qué no