El consumo de drogas en los barrios salteños dejó de ser un problema aislado para transformarse en un fenómeno social en constante crecimiento. Según referentes comunitarios, cada vez son más los jóvenes que se inician a edades más tempranas, incluso desde los 12 o 13 años , en un contexto marcado por la pobreza, la desocupación y la falta de perspectivas.
“Para muchos chicos la droga aparece como una salida rápida a una vida llena de carencias”, explicó Nerina Rivera, integrante del movimiento Ni Un Pibe Menos en Salta. La ausencia de oportunidades educativas y laborales, sumada a la violencia estructural, son factores que empujan a los adolescentes a escenarios de consumo y narcotráfico.
Ante esta realidad, las Casas de Atención y Acompañamiento Comunitario (CAAC) cumplen un rol