La salida de Francisco Vidal de la presidencia del directorio de TVN —precipitada por críticas del candidato José Antonio Kast y su entorno— trasladó al centro del debate la gobernanza y el estatuto de independencia del canal público.

En su mensaje interno, Vidal sostuvo que su continuidad se había vuelto “pretexto” para cuestionar al canal ; el episodio tensionó al oficialismo y fue celebrado por sectores de oposición en plena temporada preelectoral. Detrás del episodio asoma un problema estructural: TVN es, por ley, una empresa pública autónoma, mandatada a garantizar pluralismo e independencia, pero su modelo de negocios depende casi por completo de ingresos comerciales. Ese híbrido —misión pública con lógica de mercado— queda expuesto cuando suben los costos, cae la torta publicitar

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