Nada más abrir los ojos , tu organismo activa un pico natural de cortisol que te pone en marcha: sube la presión arterial, mejora el estado de alerta y moviliza energía. Al mismo tiempo, la molécula que acumula sensación de cansancio todavía está baja y si introduces cafeína en ese momento, el impulso extra es redundante y breve. Es decir, te sientes despierto un rato, pero cuando el cortisol desciende aparece el clásico bajón de media mañana . En cambio, cuando permites que el pico matutino haga su trabajo y esperas a que el cansancio empiece a aparecer, la cafeína cumple con su función y eleva la alerta, sostiene la atención y suaviza los altibajos.

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A post shared by Aurelio Rojas | Cardiólogo 🧡 (@doctorrojass)

Sincronizar tu café con tu cuerpo

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