Donald Trump pelea con uñas y dientes para tratar de desvincularse del ‘caso Epstein’ pero sigue fracasando estrepitosamente en el empeño y su relación con el financiero y depredador sexual sigue haciéndole daño político. Este martes, el tema que él republicano alimentó con teorías conspiratorias en campaña pero que se le ha vuelto en contra una vez que está en el Despacho Oval ha provocado más de media docena de preguntas en la rueda de prensa de la secretaria de prensa, Karoline Leavitt, y pese a la agresiva postura de la portavoz insistiendo en que todo es "un engaño alimentado por los demócratas", nada ha cambiado.

El escándalo se ha reavivado desde que el lunes se supo que el Comité de Supervisión de la Cámara Baja, dominado por los republicanos y que ha pedido colaboración

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