El litigio por las pinturas murales del Monasterio de Sijena, joyas románicas del siglo XII, que fue declarado monumento nacional de 1923, sigue enconando las relaciones entre Aragón y Cataluña, en un capítulo que mezcla desobediencia judicial con excusas técnicas . El Tribunal Supremo, en su sentencia de 2018, ordenó la devolución de estos frescos, arrancados ilegalmente en los años 80, a su hogar en Huesca.

Sin embargo, el Museu Nacional d’Art de Catalunya (MNAC), dirigido por Pep Serra, se resiste a cumplir, reteniendo 14 de los 22 paneles originales y amparándose en recientes informes de la experta italiana Simona Sajeva y del International Centre for the Study of Preservation and Restoration of Cultural Property (ICCROM), que alertan de “grandes riesgos” y “extrema complejidad” en

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