Israel y Rusia, cada país a su manera, han decidido dinamitar definitivamente todos los puentes para que se produzca un alto el fuego o un armisticio en Gaza y Ucrania. Donald Trump puede seguir queriendo que le den el honorífico premio Nobel de la Paz, pero la realidad es que ambos conflictos están hoy mucho más lejos de una solución pacífica que cuando el presidente republicano llegó a la Casa Blanca. El ejército de Israel pisó ayer otra línea roja y atacó directamente a la cúpula de Hamas en Doha, en territorio qatarí, enviando una bomba a la delegación que está negociando el alto el fuego. La organización terrorista reconoció la muerte de cinco de sus integrantes. La lógica reacción de Qatar fue la de abortar el proceso de paz y condenar la acción israelí.

A su vez, en el frente

See Full Page