Estos desarrollos ofrecen múltiples fuentes de ingreso, alta demanda y protección del capital en un solo proyecto inmobiliario.

El mercado inmobiliario evoluciona y, con él, las preferencias de los inversionistas.

Hoy los desarrollos de usos mixtos representan una de las apuestas más sólidas, pues combinan vivienda, oficinas y comercio en un mismo espacio, lo que diversifica el riesgo y asegura rentabilidad.

Mientras un proyecto residencial depende únicamente de la demanda habitacional, y uno comercial del consumo, los usos mixtos integran varias fuentes de ingreso.

Esta estructura multiplica las oportunidades de retorno y genera resiliencia ante ciclos económicos. Por ejemplo, si baja la ocupación en oficinas, el comercio o la vivienda mantienen el flujo.

La plusvalía es otro factor

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