Hablar con f es desconcertante. Cuando habla piensa, y, para los españoles, eso resulta extraño, casi extravagante, porque es algo a lo que no nos tienen habituados gran parte de los personajes públicos de este país. El ensayista norteamericano, que durante tres décadas, que no son pocas, ha estado en conflictos bélicos y que ha simultaneado esa experiencia periodística y vital con la reflexión, publica « » (Debate), un análisis de las devastadoras consecuencias intelectuales y culturales que ha traído consigo la , ese pensamiento que parecía intelectual y que parece que se va a quedar en una moda de temporada.
¿Cuándo lo woke se convirtió en lo que es?
Todo movimiento tiene buenas intenciones. Pero a mí no me interesa el idealismo. Soy empírico y creo que todo depende de los resultados.