Taiwán Semiconductor Manufacturing Company (TSMC), el mayor productor de semiconductores del mundo, con un billón de dólares de capitalización bursátil, no solo lidera el mercado global, también guarda celosamente el corazón de su poder tecnológico. Entrar en una de sus fábricas es adentrarse en un entorno donde la precisión atómica y la limpieza absoluta son ley.
Una fábrica de TSMC es, ante todo, un inmenso cuarto limpio. Allí, cualquier mota de polvo es enemiga del progreso. Los pocos trabajadores autorizados para operar en estas áreas altamente automatizadas deben portar trajes de protección, guantes, mascarillas y calzado especial . Antes de cruzar el umbral del área de producción, pasan por una sala de aire a presión que elimina cualquier partícula microscópica adherida a su ropa