Soy de Telde y se me nota. Crecí en una casa que olía a papel de periódico y corrí mi infancia por los pasillos de la radio, esperando a mi padre, que no fue periodista, pero vinculó toda su vida a las ondas. Me licencié en la Complutense que nos enseñó Amenábar, la de cámaras VHS e Internet como exotismo. Lo poco o mucho que sé de este oficio se lo debo a esta casa, CANARIAS7, y a las decenas de compañeras y compañeros con los que he compartido horas de tecleo, anécdotas y café. Demasiado café. Gané edad, kilos y canas contando lo que pasaba en mi ciudad. 20 años. Y ahora vivo en la carretera. Me tocó cubrir el Sur de los contrastes, el que comparten hoteles y chabolas. En este camino de cuarto de siglo aprendí a amar la arqueología, la memoria, la naturaleza y, sobre todo, las historias
Impunidad en redes

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