Ya vimos, hace unos días, la animada conversación que mantuvieron los señores Putin y Xi Jining, trujamanes mediante, sobre la inmortalidad y su posible cercanía técnico-científica. También hemos sabido, recientemente, por un estudio publicado en PNAS, que el aumento de la esperanza de vida está desacelerando su curso; y ello por una cuestión muy simple, que cabría explicarse por la ley de rendimientos marginales decrecientes: no es lo mismo aumentar el 50% de diez euros que el de diez mil. Es decir, no es lo mismo aumentarle la vida a Rafael y Bécquer, que murieron en la treintena, que añadirle una propina vital a Ernest Junger, quien sobrepasó la centena con irreprochable aspecto de patricio romano.
En el caso de la madurez dictatorial de los señores Putin y Jinping (no así el alegre di