Un elenco sólido y brillante aporta verosimilitud a una trama de búsqueda y venganza que se desarrolla en un hermoso pueblo malagueño
Si algo deja claro la visión de Dos tumbas es que para contar una buena historia no es necesario desarrollarla en ocho o más capítulos. Con tres basta. Pero para ello es imprescindible contar con un buen creador como Agustín Martínez, unos guionistas como el ya citado Martínez, Antonio Mercero y Jorge Díaz y un director como Kike Maíllo , un buen equipo al que hay que añadir unos protagonistas como Kiti Mánver, que en buena ley debería llevarse todos los premios de interpretación por su papel de Isabel, la abuela de una de las dos jóvenes desaparecidas y cuya búsqueda es la base de la trama, Álvaro Morte, el popular “profesor” de La casa de papel