La nueva ley de financiamiento del Gobierno Nacional genera preocupación por los posibles impactos negativos que tendría sobre la energía, la sostenibilidad y el bolsillo de los colombianos.

Dentro de la ley se contempla un impuesto del 1 % a la extracción de combustibles fósiles, así como un gravamen progresivo a la gasolina. Adicionalmente, se prevé un incremento en los biocombustibles, derivado del impacto que esta normativa tendría, en particular, sobre el etanol.

A estas medidas se suma otra proyección del Gobierno: un decreto que incrementaría en un 20% las tarifas de energía para el sector industrial, lo que también afectaría a las empresas generadoras. “En conjunto, estas disposiciones constituyen señales de desestímulo tanto para nuevos proyectos como para la expansión de los ya

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