Barcelona Las obras de reurbanización de la Rambla han dejado al descubierto casi 50 metros seguidos de la muralla del siglo XIV y una torre pentagonal de 8 x 4 metros. La muralla, en el sector de Santa Mónica, medía 2,90 metros de ancho y los sillares estaban encintados con mortero de cal, un refuerzo constructivo para evitar los efectos de las riadas que ya se habían documentado.
Los trabajos arqueológicos se centrarán en documentar la estructura y la estratificación de la muralla para comprender mejor cómo se vivía y cómo se transformó este espacio que hacía de frontera en la ciudad medieval. En la parte exterior, a 3,5 metros de profundidad, se han identificado restos de antiguas riadas, con acumulaciones de tierra, piedras y cerámica, confirmando que la muralla estaba vinculada a un