Hace unos meses, una madre encendió las alarmas públicas al denunciar que unas papillas para bebés estaban contaminadas con plomo . La noticia generó indignación, y con justa razón, hablamos de un metal pesado con efectos irreversibles en la salud, sobre todo en los niños más pequeños. Días después, el fallo de Indecopi confirmó la denuncia y sancionó con más de 300 mil soles a la empresa responsable. Sin embargo, más allá de la multa, lo verdaderamente preocupante es lo que este caso pone en evidencia: un sistema de control alimentario débil, reactivo, y potencialmente incapaz de garantizar la seguridad de los consumidores y que termina exponiendo a la población más vulnerable a riesgos inadmisibles.

El plomo no es un contaminante cualquiera: se trata de un metal pesado altamen

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