Uun taller transforma las motos antiguas en vehículos eléctricos para que puedan volver a circular, en línea con la transición ecológica y las restricciones urbanas por la contaminación

Isabel Rodríguez Ramiro

La iniciativa del taller Noil Motors en Montreuil, impulsada por tres amigos apasionados desde que eran niños de las dos ruedas, forma parte de una tendencia que combina la transformación hacia la movilidad limpia con la economía circular.

“El impacto es concreto: convertir una moto térmica en eléctrica permite ahorrar unos 200 kilos de CO₂ al año por escúter”, explica a la agencia EFE Victor Bréban, cofundador de la compañía junto a Clément y Raphaël.

Además de ese efecto inmediato sobre las emisiones, la conversión evita la fabricación de nuevos vehículos eléctricos, con el cos

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