La última etapa de la Vuelta a España será una fortaleza. A raíz de los boicots que tanto daño han hecho a la competición, Madrid se está preparando para no compartir el mismo destino que tuvieron otras ciudades que se vieron envueltos por el caos de las protestas propalestinas .
Para ello, más de mil policías se desplegarán este fin de semana para velar por la seguridad de los ciclistas y los asistentes. Dicho dispositivo se ha acordado en una Junta de Seguridad mantenida en la Delegación del Gobierno en Madrid y que supone el mayor despliegue policial que se ha hecho nunca en la Vuelta.
Una decisión que lleva pidiendo varios días Almeida, alcalde de la capital española: «La etapa se debe celebrar y se debe celebrar en condiciones de normalidad. Hay que poner el f