El primero en ser descubierto en los teléfonos de los chinos fue Rodrigo Levenier, adscrito a la Brigada Aeropolicial. En los teléfonos de los imputados Ping Lin y Yangian Mao —acusados por delitos de crimen organizado— aparecía como “Rodrigo”, “Ozzy” o “Policía”. Según su declaración, quien recaudaba el dinero de nueve locales era su colega Rodrigo Silva. En el listado hay funcionarios del Cuartel General e incluso de la unidad de guardaespaldas para “personas importantes”. La PDI no quiso referirse al caso.

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