En un contexto de freno a la obra pública, más de un millón de hectáreas del campo se encuentran afectadas por inundaciones en la provincia de Buenos Aires, lo cual pone en jaque la actividad agropecuaria y evidencia la falta de avances en infraestructura rural. Productores y representantes del sector manifestaron su preocupación por el impacto económico y social de la emergencia, así como por la ausencia de obras hidráulicas que permitan mitigar estos episodios recurrentes y cuyo costo es mucho menor a las pérdidas.
La magnitud de la superficie afectada provocó pérdidas productivas considerables y complica el acceso y la operatividad en los caminos rurales. Las consecuencias se extienden más allá de los cultivos, ya que la saturación de los suelos y el deterioro de la infraestructu