En un momento en que los altavoces de Esquerra Republicana no están en las principales instituciones de Catalunya, el partido ha decidido poner en marcha una renovación de su estrategia de comunicación y de su imagen con el objetivo de “volver a conectar” con las preocupaciones de los catalanes tras un periodo de “desconexión”, en parte los años del procés, que ha provocado que el partido no haya cosechado los resultados electorales que esperaba.

El día antes de la celebración de la Diada, fecha escogida no por azar, ERC ha presentado su nueva estrategia de comunicación y su nueva identidad gráfica, en la que el protagonista sigue siendo el tradicional triángulo del partido con las cuatro barras -en representación de la senyera- pero abandona el color amarillo para volver al rojo anaranja

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