A las 21:00h del lunes , una voz sin rodeos irrumpe en la centralita de la Policía Local de Las Palmas de Gran Canaria. El hombre que llama se identifica, da una dirección en el diseminado Siete Puertas, en el barranco de Guiniguada (Las Palmas de Gran Canaria) , y asume lo irreparable. Cuando los agentes llegan al número 59, se encuentran con Esteban Amadeo G ., de 40 años, que repite su confesión con una frialdad que hiela la estancia. Dice que ha matado a su madre, Ofelia Pereyra López , de 78 años. Dice que ya no podía más.
Dentro de la vivienda, el silencio lo ocupa todo. El cuerpo de la mujer yace boca arriba . En el suelo, un cuchillo de grandes dimensiones cierra el plano. Los sanitarios del Servicio de Urgencias Canario solo pueden certificar la muerte . No hay margen