En el mundo digital todo cambia a una velocidad de vértigo. Lo que funcionaba hace apenas unos años, hoy puede no dar los mismos resultados. El SEO, por ejemplo, se ha vuelto un terreno cada vez más complicado. La competencia es feroz, los algoritmos no paran de actualizarse y, para rematar, los resultados generados por inteligencia artificial han reducido de forma drástica el tráfico orgánico disponible. Por otro lado, el SEM se ha encarecido tanto que ya no siempre es viable, y las plataformas lo automatizan todo, restando transparencia a las campañas. ¿Y qué decir de las redes sociales? Sin grandes presupuestos, el alcance orgánico es mínimo y los resultados muchas veces no compensan la inversión.
Frente a este panorama, hay un canal que sigue demostrando su fuerza: el email marketi