
Fue “imprudente” dejar en manos de Joe Biden la decisión de presentarse a la reelección. Pero “era más capaz que Trump en su mejor momento”. Es lo que dice la ex vicepresidenta Kamala Harris en 107 days, un libro de próximo lanzamiento, según el extracto publicado este miércoles por The Atlantic. El libro de Harris, cuyo título hace referencia a la duración de su breve campaña presidencial, será publicado por Simon & Schuster el 23 de septiembre.
Harris escribe que, mientras surgían dudas sobre si Biden, entonces de 81 años, debía aspirar a la reelección, ella y otros dirigentes demócratas dejaron la decisión en manos de él y de la primera dama Jill Biden. “¿Fue respeto o imprudencia? En retrospectiva, creo que fue imprudencia”, dice Harris.
Es la primera vez que Harris critica públicamente la decisión de Biden de volver a presentarse, una decisión que lo obligó a abandonar la contienda en julio de 2024 tras un desastroso cara a cara televisado con Donald Trump, y que la dejó a ella al frente de la candidatura demócrata y finalmente perdiendo contra Trump.
“Había demasiado en juego”, escribe Harris en el libro: “No era una decisión que debiera haber quedado en manos del ego, de la ambición individual. Debió haber sido más que una decisión personal”.
Durante la campaña y posteriormente, Harris evitó muchas críticas al presidente con quien trabajó y lo defendió ante las dudas sobre su agudeza mental.
En el extracto del libro, Harris continúa defendiendo la capacidad de Biden para desempeñar el cargo, pero lo describe en el momento de su “debacle en el debate” como “cansado”.
“En su peor día, Joe estaba más informado, era más capaz de ejercer su criterio y de ser mucho más compasivo que Donald Trump en su mejor momento. Pero, a los 81 años, Joe se cansó. Fue entonces cuando su edad se notó en sus tropiezos físicos y verbales”, escribe Harris: “No me sorprende que la debacle del debate ocurriera justo después de dos viajes consecutivos a Europa y un vuelo a la Costa Oeste para recaudar fondos en Hollywood. No creo que se tratara de incapacidad”.
Harris añade que si hubiera creído que Biden estaba incapacitado, lo habría dicho por lealtad al país. La ex vicepresidenta también culpa a personas cercanas a Biden por la cobertura mediática poco favorecedora durante su etapa como vicepresidenta, y escribe sobre el alto nivel de escrutinio que recibió como la primera mujer vicepresidenta, pero afirma: “Cuando las historias eran injustas o inexactas, el círculo íntimo del presidente parecía estar de acuerdo. De hecho, parecía que decidían que debía ser criticada un poco más”.
Harris escribe que a menudo se daba cuenta de que el personal de Biden “añadía leña al fuego” a las narrativas negativas que la rodeaban, como las historias sobre el caos y la alta rotación de personal en su oficina vicepresidencial.
La exvicepresidenta también acusa al equipo de Biden de temer que ella lo eclipsara, refiriéndose a un discurso que pronunció en Selma, Alabama, en marzo del año pasado, en el que pidió un alto el fuego inmediato en Gaza y la entrega de más ayuda humanitaria a la población.
“Se viralizó y el Ala Oeste no quedó satisfecha”, dice Harris. “Me criticaron por, aparentemente, haberlo pronunciado demasiado bien”.
Harris entiende que menospreciarla a ella también suponía un menosprecio a Biden, especialmente “dadas las preocupaciones sobre su edad”.
“Mi éxito era importante para él”, escribe. “Su equipo no lo entendió”.