Septiembre llega como un despertador sin botón de 'posponer': los niños vuelven a clase, cargados de mochilas, ilusión… y alguna que otra cara larga por el fin de las vacaciones. Mientras ellos se reencuentran con amigos y profes, los padres respiran aliviados —y con cierta paz en casa después de semanas de campamentos improvisados, pantallas infinitas y meriendas a destiempo—. Eso sí, la tranquilidad dura lo que tardan en mirar la factura de la vuelta al cole, un proceso que a menudo cuesta casi tanto como las vacaciones que acaban de terminar.
Según la última encuesta anual de gastos escolares elaborada por la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), el desembolso medio por estudiante alcanza los 2.390 euros. La cifra representa un incremento del 2% respecto al curso anterior y va