Ciudad de México.- Todo empezó con las salsas.

En algunas taquerías, los lugareños se quejaban de que sus adorados condimentos eran menos picantes debido a la creciente presencia de extranjeros. Luego llegaron las pizzerías que parecían inaugurarse en cada esquina. Y una tercera ola de cafeterías que cobraban 100 pesos por un croissant.

El auge del turismo mundial desde la pandemia ha resultado implacable e insoportable para muchas de las personas que viven en destinos como Barcelona, Kioto y París. Algunos se han sentido tan frustrados por la afluencia de visitantes estacionales y la presión a la que se ven sometidas las infraestructuras de la ciudad que se han manifestado en las calles e incluso han rociado a los turistas con pistolas de agua.

Pero en Ciudad de México, los visitantes

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