La oficina dejó de ser un edificio con horarios y pasillos para convertirse en una red de talentos repartidos en distintas zonas horarias, culturas y contextos. Esa diversidad es una riqueza inmensa, pero también un reto.

Liderar en una multinacional croata me ha permitido vivir esta transformación de primera mano. Coordinar equipos tan diversos no solo implica manejar agendas e idiomas, sino desarrollar una sensibilidad cultural que se aprende a fuerza de escuchar, preguntar y observar. He comprobado que el liderazgo remoto es, más que nunca, un ejercicio de empatía y adaptación constante. Como señala Harvard Business Review (2023), “el liderazgo remoto no es una cuestión de herramientas, sino de confianza y comunicación constante”.

Las culturas no se decodifican solas. En algunos paí

See Full Page