Tras las múltiples críticas a la Unión Europea por su inacción ante la escalada dramática en Gaza, Ursula von der Leyen no ha tenido más remedio que elevar el tono. La presidenta de la Comisión Europea aprovechó ayer el esperado discurso del estado de la Unión, una cita para hacer balance de los retos en el inicio de curso europeo, para anunciar nuevas medidas de presión sobre Israel para que interrumpa el asedio humanitario sobre la franja. La situación es ya “inaceptable”, avisó desde Estrasburgo.

Para empezar, habló de congelar el apoyo bilateral a Israel, sin que esto impacte en los fondos dedicados a la sociedad civil israelí ni al principal centro conmemorativo del Holocausto de Yad Vashem. Esto supone interrumpir las asignaciones que refuerzan las relaciones bilaterales (unos seis

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