Buena parte de las operaciones de cooperación internacional en el flanco oriental de la OTAN en materia de seguridad pueden haber estado expuestas a una red de espías bielorrusos desmantelada por los servicios de contrainteligencia de la República Checa y supervisada por Eurojust. El exsubdirector del Servicio de Inteligencia y Seguridad de Moldavia (SIS), agente del KGB bielorruso, recopilaba a través de esta red y entregaba información secreta de Estado, incluyendo datos sensibles sobre seguridad y defensa.Las instrucciones operativas sobre objetivos y misiones, así como los correspondientes pagos, se intercambiaban en reuniones celebradas en Budapest entre representantes del KGB y un segundo agente bielorruso, al que el Ministerio de Relaciones Exteriores checo ha dado 72 horas para aba

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