La celebración coincidió con la reciente consagración del nuevo templo, un espacio que, tras décadas de espera, se levanta como símbolo de la unidad y la perseverancia de esta comunidad bogotana.
El padre Camilo Bernal, vicepresidente de la Corporación Organización Minuto de Dios y uno de los impulsores del proyecto, destacó que el aniversario representa tanto memoria como renovación. “El templo es un signo, un espacio de la casa de Dios, pero el verdadero desafío es la renovación de la comunidad cristiana. Cada uno de nosotros está llamado a ser piedra viva del templo espiritual que estamos edificando”, señaló.
La obra, que tomó casi tres décadas en completarse y enfrentó interrupciones y dificultades financieras, se convirtió en un testimonio de fe y solidaridad. “A mitad de camino nos