La mirada de los más chicos suele ser distinta. Ven la ciudad desde otra perspectiva, una que a veces los adultos olvidamos y que también es esencial incorporar. Para ellos, los grandes proyectos y el asfalto no es lo más importante: lo que quieren y necesitan es jugar.

Durante las vacaciones de invierno, Javier, un niño de seis años de Neuquén, viajó a Buenos Aires y quedó fascinado con la variedad de juegos en las plazas porteñas. Encontró estructuras con forma de cohete, de árbol, de nutria; algunas de madera, otras de plástico o de metal. El cohete fue su preferido.

Un mes después, ese mismo niño tuvo la oportunidad de preguntarle directamente al intendente Mariano Gaido si alguna vez Neuquén tendría “plazas grandes , una con cohete, como en Buenos Aires” .

Aquella pregu

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