El título del presente texto obedece a un padecimiento que ha venido extendiéndose y reconociéndose a nivel mundial, al tratarse de un agotamiento físico, emocional y mental que padecemos los rescatadores de fauna y demás animales no humanos domesticados, debido a una exposición constante al sufrimiento y a la muerte de esas criaturas, así como por las frustraciones del mismo trabajo, que se da, sí o sí, en un entorno de permanente angustia. “Sus síntomas incluyen ansiedad, depresión, aislamiento social, problemas de sueño e indiferencia”. Es, sin duda, una de las tantas formas de lo que se describe como “estrés traumático secundario”, que a diferencia del agotamiento general o burnout, se centra en la empatía hacia el sufrimiento ajeno, lo que paradójicamente lleva a una d
Fatiga por compasión o desgaste por empatía

100