Es el pico estadístico de la temporada de huracanes en el Atlántico y no hay ninguna tormenta a la vista, por ahora. La segunda semana de septiembre suele ser cuando la temporada alcanza su máximo apogeo, ya que las cálidas aguas oceánicas generan vientos peligrosos y las comunidades costeras, desde Centroamérica hasta Canadá, se preparan para la furia de la naturaleza. Las previsiones pretemporada preveían la formación de más de 14 tormentas entre junio y finales de noviembre.
Sin embargo, hasta ahora, esos pronósticos parecen ser demasiado agresivos. Se han registrado seis tormentas en el Atlántico con la fuerza suficiente para recibir nombre, y solo una de ellas, Erin, alcanzó la categoría de huracán. Normalmente, para esta época del año se habrían formado ocho tormentas y tres hur