Antes de morir asesinado este miércoles, el activista Charlie Kirk era una de las figuras más importantes para la juventud conservadurista y pro-Trump en EE.UU. El equipo del presidente logró capitalizar su enorme popularidad en círculos derechistas en forma de votos y apoyo popular, clave en algunas de sus ideas más controvertidas. Con 31 años se había erigido como un referente del combate político e ideológico contra la izquierda y la inclusión de minorías, un perfil labrado gracias a una fórmula que mezcla valores conservadores y católicos con respuestas rápidas y polémicas en sus formas.Murió frente a una multitud mientras debatía cuestiones que el público ponía en la palestra, un formato habitual en sus charlas. El disparo que lo mató se efectuó cuando hacía referencia al tiroteo en u

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