Hace solo unos meses, los gobernantes de Arabia Saudí, Emiratos Árabes Unidos y Qatar dieron la bienvenida en sus palacios al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, con desfiles de camellos y gran pompa. Ahora, esos mismos líderes están unidos en su indignación tras el ataque de Israel contra líderes de Hamás en Doha, la capital de Qatar.
El príncipe heredero saudí Mohammed bin Salman pidió “una respuesta árabe, islámica e internacional para enfrentar la agresión” y disuadir las “prácticas criminales” de Israel.
El jeque Mohammed bin Zayed Al Nahyan de los Emiratos Árabes Unidos voló a Qatar y abrazó a su emir gobernante, una escena que hubiera sido inimaginable hace solo unos años, cuando su país y Arabia Saudí encabezaron un boicot al país tras acusarlo de apoyar a grupos terroris