Las imágenes de horror y tragedia alrededor de la explosión de un camión con cilindros bomba, al pie de la Base Aérea Marco Fidel Suárez, en Cali, son fuertes. Las mismas, que le dieron la vuelta al mundo, llenaron de temor y propinaron una puñalada certera al corazón del turismo caleño, que tan solo un par de días antes del atentado había tenido una alta ocupación hotelera por cuenta del Festival de Música del Pacífico Petronio Álvarez.

Y cuando la institucionalidad local y departamental empezaban a levantarse y recoger los pedazos de la tragedia, desde la Embajada de los Estados Unidos emitieron un comunicado en el que le recomendaban a sus ciudadanos ‘reconsiderar’ viajar a Cali y al Valle del Cauca, debido a factores como el incremento de la criminalidad urbana y el dinamismo de grupo

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