
El gobierno mexicano analiza un arancel de hasta el 50% a los autos importados desde China . La medida busca proteger la industria local y frenar la entrada masiva de modelos eléctricos y de combustión a bajo costo. Sin embargo, especialistas advierten que los fabricantes chinos se mantendrán competitivos. Sus costos de producción en Asia son tan bajos que podrían absorber gran parte de la tarifa y mantener precios atractivos en el mercado mexicano, según un reporte de Bloomberg .
El caso de BYD ilustra esta ventaja. La compañía vende en México el Dolphin Mini , un hatchback eléctrico que se importa desde Shenzhen, con un precio de 415,800 pesos. La diferencia con modelos de marcas tradicionales es enorme. El Chevrolet Bolt EUV , fabricado por General Motors , parte de 658,700 pesos. Esa brecha refleja la capacidad de China para producir con mano de obra más barata, cadenas de suministro optimizadas y acceso a materiales a menor costo.
Aunque BYD suspendió sus planes de abrir una planta en México debido a tensiones comerciales con Estados Unidos, los autos chinos no han perdido fuerza. Durante el primer semestre de 2025, llegaron a México 280,100 vehículos provenientes de China, un aumento de 24% respecto al mismo periodo del año pasado, según confirma The Business Times . Con esas cifras, México desplazó a Rusia como principal receptor de autos chinos en el mundo. La estrategia de penetración parece seguir intacta, incluso frente a un escenario de mayores impuestos.
Analistas como Yale Zhang, director de Automotive Foresight en Shanghái , señalan que los autos eléctricos chinos ofrecen un paquete difícil de igualar. Mientras gran parte de la producción local sigue anclada en motores de gasolina con plataformas antiguas, los autos de nueva energía llegan con tecnología avanzada, conectividad digital y sistemas de seguridad más modernos . El precio termina como factor decisivo, pero no es el único atractivo.
En Europa ya se vivió un escenario parecido. Las exportaciones chinas de vehículos eléctricos cayeron tras la investigación antisubvenciones en 2023. Sin embargo, las marcas lograron recuperarse y alcanzaron en junio y julio de 2025 una cuota de mercado cercana al 10%. Esa experiencia sugiere que incluso con barreras comerciales, la presencia china puede adaptarse y consolidarse en mercados con alta demanda.
El debate en México no solo es económico, también social. A diferencia de Europa, el poder adquisitivo es más bajo y cualquier incremento en los precios impacta de inmediato en las decisiones de compra. Zhang advierte que la reacción del consumidor mexicano será clave, ya que el ajuste de precios para compensar los aranceles podría reducir la demanda en el corto plazo. Aun así, la escala de producción china les permitiría mantener un rango competitivo difícil de igualar.
Aranceles pueden frenar paso de autos procendetes de China a México pero no su fuerza
Michael Dunne, ex presidente de General Motors en Indonesia, apunta que los aranceles desacelerarán la entrada, pero no detendrán la ola. En México ya circulan cientos de miles de autos chinos y las redes de concesionarios se multiplican en distintas ciudades. Esa infraestructura consolidada les da una ventaja que no desaparecerá con un decreto. Lo que parece seguro es que los consumidores encontrarán en los autos chinos una alternativa de movilidad moderna a precios que el mercado local no puede ofrecer.
El futuro del mercado automotriz en México se juega entre proteger la producción nacional y permitir que entren modelos más accesibles. Si el gobierno confirma el arancel, la medida pondrá a prueba la resiliencia de las marcas chinas y el bolsillo del consumidor mexicano. La respuesta de ambos definirá si la apuesta del país logra frenar una tendencia que ya cambió el mapa global de la industria automotriz.