En pleno apogeo de la revolución tecnológica digital, el uso de la Inteligencia Artificial y el consumo masivo de teléfonos, televisores, heladeras, hasta autos con la denominación de “inteligente”, las sociedades modernas enfrentan una paradoja silenciosa. Los dispositivos electrónicos transforman y readecuan hábitos, costumbres y estilos de vida , incluso se vuelven herramientas indispensables para comunicarse, trabajar, entretenerse y resolver problemas, pero la obsolescencia programada, la rapidez con la que numerosos aparatos terminan siendo descartables, los desechos que se acumulan en consecuencia, resultan una gran amenaza invisible y creciente.
Se estima que en 2022 se generaron más de 6 2 millones de toneladas de residuos electrónicos en el planeta y menos del 20% fue recicla